21 de julio de 2007

Hoy, una encuesta

Hoy os invito a participar en una pequeña encuesta. Resulta que tengo varios juegos pendientes de reseñar, y no termino de decidirme por el siguiente (y es que el calor anula mi capacidad de toma de iniciativas), así que dejo en vuestras manos la elección. En la columna lateral de la derecha, algo más abajo que mi ilustración con la fregona, encontraréis una encuesta con algunos juegos de los (muchos, demasiados) que están pendientes de reseña en este humilde y tóxico blog. Votad antes del día 30 de julio y muy pronto tendréis la reseña ganadora en vuestras pantallas y en Toximascope.

Y los canditados al premio son:




20 de julio de 2007

La revista que salió un miércoles y se censuró un jueves

Tal y como podéis leer en la edición digital de El País, Juan del Olmo (Juez de la Audiencia Nacional) ha ordenado la retirada de los quioscos y prohibido la difusión del número 1.573 de la revista El Jueves. ¿El motivo? Un presunto delito de injurias a la Corona. Y es que no negaremos que hay que echarle gónadas para sacar en portada a Felipe y Leticia copulando como conejos, mientras el príncipe presume de gandul.

Desde luego, un tema polémico. Habrá quien considere la viñeta como una afrenta a la Corona, y quien no lo vea más que como un chiste. Incluso los habrá que piensen que la jugada no es más que un retorcido plan de marketing de la editorial. Sea como fuere, la revista ya está siendo retirada de circulación, así que si estáis entre los afortunados que tienen un ejemplar, guardadlo bajo llave, que vienen los grises. Pena que yo no tenga uno, porque me encantaría enmarcarlo, aunque sólo fuera como humilde protesta a cualquier forma de censura o represión.


PS: ¿Será casualidad que hoy resulte imposible acceder a la web de la revista?

PPS: Pues no, no es casualidad. Acabo de escuchar en las noticias que la web de El Jueves ha sido cerrada debido a todo este asunto. ¡Vamos, hermanos! ¡Alzad vuestras fregonas! ¡A las barricadas!

19 de julio de 2007

Grindhouse Movies

En la década de los 70, en los Estados Unidos, se pusieron de moda ciertas salas de cine en las que se proyectaban, generalmente en sesión doble, películas gore (o cuanto menos con altas dosis de violencia y salpicones sangrientos), a menudo aderezadas con un erotismo de dudoso gusto y rodadas con cuatro dólares. A aquellas salas se las conocía popularmente como grindhouses, y era habitual que los carteles fuesen la mejor parte de las películas que pasaban. El término grindhouse terminó por referirse también a ese particular género cinematográfico lleno de vísceras y truculencias varias. De hecho, están a punto de llegar a las salas de cine españolas dos películas, dirigidas por Robert Rodríguez y Quentin Tarantino que homenajean a aquellas míticas sesiones dobles. Si bien en los EEUU ambas películas se han estrenado en sesión doble (tal y como las concibieron sus directores), en nuestro país se estrenarán por separado. Pues vaya. Sus títulos: Planet Terror y Death Proof.

Al hilo de todo esto, en el siempre sorprendente blog Un Día de Furia me he encontrado con una maravillosa sorpresa. Se trata de una alucinante colección de carteles de películas que todos conocéis, diseñados para ofrecer un aspecto deliciosamente grindhouse. Os dejo unas muestras, y os invito a disfrutar del resto pinchando aquí.



18 de julio de 2007

Huevo, Panceta, Salchichas y Spam

La Wikipedia define el spam como “mensajes no solicitados, habitualmente de tipo publicitario, enviados en cantidades masivas que perjudican de una u otra manera al receptor. Aunque se puede hacer por distintas vías, la más utilizada entre el público en general es la basada en el correo electrónico”. Todos hemos sufrido este irritante fenómeno. ¿Quién no ha recibido alguna vez un anuncio de Viagra o de alargamiento de pene?

Pero, ¿de dónde viene el término spam? Es una historia curiosa: en el año 1937 una empresa estadounidense lanzó al mercado una carne enlatada y de calidad más que dudosa (era poco más que un ladrillo de grasa) llamada Hormel’s Spiced Ham. La idea se popularizó, y otras marcas sacaron sus propias latas de carne. Los soldados rusos e ingleses se alimentaban en el campo de batalla con esta carne, y los colmados se llenaron de latas de lo que pronto pasó a llamarse sencillamente Spam.

Y entonces llegaron los Monty Pithon y, en su afán de burlarse de todo lo que se les pusiese por delante, filmaron un sketch mofándose del Spam. En el skecth, un grupo de vikingos es alimentado por una posadera, que incluye Spam en todas sus recetas. La posadera grita sin parar sus platos: “huevo y spam; huevo, panceta, salchichas y spam; spam, panceta, salchichas y spam; spam, huevo, spam, spam, panceta y spam; salchichas, spam, spam, panceta, spam, tomate y spam, ...". Finalmente, los entusiastas vikingos se arrancan a cantar a coro "Spam, spam, spam, spam. ¡Rico spam! ¡Maravilloso spam! Spam, spa-a-a-a-a-am, spa-a-a-a-a-a-am, spam. ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! ¡Rico spam! Spam, spam, spam, spam".”

Años después, en la era del Internet, el irritante y repetitivo sonsonete de aquella posadera pasaría a hacer referencia a los irritantes y repetitivos correos masivos. Todo lo cual no habría llegado a mis oídos sin la inestimable ayuda de mi amiga Pili. ¡Gracias, moza!

Por supuesto, no me despido sin ofreceros el sketch de Monty Pithon y el Spam. Buen provecho.

14 de julio de 2007

A Través del Desierto

Ya comentaba en otra entrada mis primeras impresiones sobre este juego de Reiner Knizia. Tras haber disfrutado varias veladas de él daré algunos detalles más. Lo primero que llama la atención son los preparativos antes de comenzar a jugar. Resulta que A Través del Desierto tiene un buen montón de fichas de cartón: unas fichas redondas que señalan los pozos del desierto y otras cuadradas que sirven para contabilizar los puntos obtenidos al conquistar oasis, hacer largas caravanas de camellos o cercar zonas del desierto. Hay varias fichas de cada tipo, y entre todas forman una mezcla algo caótica. Si, como a mí, os agrada tener todas las fichas bien ordenadas junto al tablero, más os vale guardar cada tipo de fichita por separado (por ejemplo, en bolsitas con cierre), porque de otro modo os cansaréis de separarlas y organizarlas cada vez. Sobre los camellitos se puede decir exactamente lo mismo. Al principio del juego hay que separarlos por colores, y si en la caja los tenemos todos revueltos habrá que perder unos minutos en esta tarea.

Si a la mesa hay jugadores que no conozcan las reglas, no tardaremos más de cinco minutos en explicárselas. Son sencillas, aunque con un buen número de posibilidades. Además, se observa en ellas un excelente equilibrio gracias a pequeñas modificaciones que se realizan sobre el juego dependiendo del número de jugadores.

En cuanto a las reglas, la idea general es esta: cada jugador controla una tribu de beduinos y cinco caravanas de camellos. El objetivo es conquistar el desierto, lo cual nos dará puntos de victoria. Estos puntos se obtienen de varios modos: llegando con nuestros camellos a hexágonos con pozos de agua, llegando hasta los oasis (las palmeritas de plástico), cercando zonas de desierto y formando caravanas más largas que las de los otros jugadores.

Cada jugador, en su turno, coloca dos camellos sobre el tablero. Así, las caravanas van creciendo y concediendo más y más puntos a sus dueños. Los primeros turnos son rápidos y menos estratégicos, pero pronto se hace necesario plantearse tácticas para alcanzar zonas interesantes y para cerrar el avance de las caravanas de nuestros rivales. En pocos turnos el tablero se encuentra infestado de camellos, y cada vez se hace más difícil cercar zonas o alcanzar ese codiciado oasis.

El juego se desarrolla con fluidez porque los turnos son rápidos. Los jugadores están siempre muy pendientes del tablero y la partida avanza de forma ligera y sosegada. Es un juego que no provoca alboroto. Nuestra anfitriona (¡hola, Gema!) se asomó en cierta ocasión a la sala para preguntar si estábamos jugando, porque no nos oía abrir la boca. Pero allí estábamos, concentrados en las jugadas y disfrutando de un eurogame a medio camino entre los fillers y los juegos complejos.

Concluyendo, A Través del Desierto me parece un juego amable para todo tipo de jugadores. Sus reglas son sencillas y los componentes muy vistosos. Las partidas pueden rondar la media hora y, pese a que exigen cierta concentración, no agotan en absoluto. Sin embargo, no lo considero como el mejor juego de Knizia. Anoche mismo, tras disfrutar con A Traves del Desierto, emprendimos una apasionante partida del fabuloso Modern Art (también de este diseñador). Nos faltaba la copa de brandy, el puro habano y a Louis Armstrong sonando en el estéreo. Pese a las virtudes de A Través del Desierto, me quedo con el majestuoso equilibrio y elegancia de Modern Art. Aunque para gustos, colores. Y para colores, camellos.

- Lo peor: la cantidad y variedad de componentes hacen farragoso preparar la partida.

- Lo mejor: sus vistosos componentes y el modo en que el juego logra que todos los jugadores estén concentrados en el tablero (ideal para robarle las palomitas al de al lado sin que se entere).

8 de julio de 2007

El Hombre Linterna

¿El Hombre Linterna? ¿Quiénes son esos? Hasta hace dos días yo no tenía ni idea. Ahora se ha hecho la luz. El Hombre Linterna es el grupo de Cartoon Rock Extremo (a mi no me miréis, así se definen ellos) que interpreta en directo canciones de dibujos animados.

¿Cómo os habéis quedado?

¿Os empiezan a resultar más familiares si os digo que el bajista del grupo es Juanito y el cantante Damían? ¿No? ¿Y si les llamo por su nombre artístico: Ajenjo y Cigarro? Ahora sí, ¿verdad? ¿Aún queda algún despistado? Vale. ¿y si os digo que son las voces de Trancas y Barrancas?

Pues sí, los chicos del Hormiguero/No Somos Nadie actuaron anoche en Valencia con su banda de Cartoon Rock Extremo y nos hicieron disfrutar de una metálica revisión de grandes clásicos de nuestra infancia. Marco (que, según nos asegura el guitarrista de la banda, es gilipollas porque no aprovecha que se ha ido su mamá para montar una fiesta en su casa con alcohol y chicas, y encima, en lugar de usar la pasta para comprase un billete de avión para ir volando a por su mamá, se la gasta en un puto mono), La Bola de Cristal, Don Quijote, David el Gnomo, Fraguel Rock

Y entre canción y canción, a la que te descuidabas, aparecía el mítico Marron con sus ocurrencias (bestial verle disfrazado de Caballero del Zodíaco). Y al llegar el bis se nos encarama al escenario Pablo Motos y se pone a cantar lo de “en un pueblooooo, italianoooo…”. Vamos, una fiestorra para niños de treinta años. Y para mejorarlo, esa misma tarde nos reímos con ganas con los monólogos de Marron, Ajenjo y Cigarro. Un sábado divertidísimo gracias a estos muchachos. La Vengadora y yo aprovechamos para estrechar sus manos y cruzar algunas palabras con estos cachondos. Os dejó los autógrafos con que nos obsequiaron Marron, Juanito y Damián. Y de postre, un descacharrante video de El Hormiguero. Y si pasan por vuestra ciudad, ¡no faltéis!